La oportunidad nos obliga a mantener fresco el recuerdo de aquellos mártires que brindaron su vida en procura de la jornada laboral de 8 horas.
Justo también es hacer mención a los queridos jubilados, pues su esfuerzo y lucha nos sirvieron de ejemplo y orgullo.
A todos los trabajadores un fuerte abrazo. Brindemos junto a nuestros seres queridos, sabiendo que todos somos parte primordial del presente y forjadores del futuro.
A los Compañeros ferroviarios y ferroportuarios, un cálido abrazo de hermandad.
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