El día
17 de noviembre de 2011 se celebró el Día del Militante, en conmemoración del regreso del General Perón al país, ocurrido en 1972. Para la ocasión diversas agrupaciones de militantes agrupados en A.P.D.F.A. organizaron un acto al cual concurrieron las mas altas autoridades gremiales del país. Por la
Unión Ferroviaria asistió el compañero Sergio Sacia, por
La Fraternidad el compañero Omar Maturano y por
A.P.D.F.A. el compañero Humberto Gómez, ademas de diversos compañeros de la
Asociación de Señaleros, en representación de la Comisión Directiva; Delegados, y Secretarios de diversas seccionales de todos los gremios ferroviarios en todo el país. Para destacar la presencia de autoridades de
A.D.I.F. y del Interventor del
Ferrocarril General Belgrano S.A. Dr. Gabriel Bran.
En representación de la agrupación ferroviaria
17 de Noviembre, de Rosario, asistieron los compañeros
Luis Brandan y
Alberto Dieguez, de la Comisión Ejecutiva de la Seccional Rosario de A.P.D.F.A.
Promediando el Acto tomó la palabra el compañero
Julio A. Speroni de la Comisión Directiva de A.P.D.F.A. quien pronunció un discurso al que adhirieron todos los representantes gremiales de todos los gremios ferroviario argentinos.
A continuación el texto de dicho discurso.
Día del Militante - Día de la soberania
Conservar la identidad, avanzar hacia el futuro.
La Asociación del Personal de Dirección de Ferrocarriles y
Puertos Nacionales tiene una larga historia de lucha. Es preciso mantenerla
presente, mucho más en este momento que recordamos con fervor el “Día del
Militante” fecha que para todos aquellos que compartimos el ideario
justicialista tiene la enorme significación de conmemorar un nuevo aniversario
del retorno definitivo del General Perón a la Patria, luego de 17 años de
forzado exilio.
Debemos recordar en este Acto a todos aquellos compañeros
del campo popular que ofrendaron sus vidas en el largo y permanente camino que
el pueblo argentino traza en pos de la liberación nacional y social. Y al
hacerlo estamos significando lo que es para cada uno ser militante de una
causa.
El militante es desprendido, no es egoísta, el militante
sabe y reconoce perfectamente que un sindicato es una organización colectiva
que se recrea constantemente y que, nutriéndose desde la base, procura siempre
alcanzar objetivos solidarios y de unidad de todos los trabajadores.
Somos herederos y depositarios de las mejores tradiciones
del sindicalismo argentino. Resistencia Peronista, CGT de los argentinos, CGT
Brasil, Movimiento de Trabajadores Argentinos. Somos la síntesis de todas las
corrientes que nos hicieron grandes y consecuentes detrás de nuestros
objetivos.
Por eso en esta hora en la que se consuma un sueño
largamente acariciado por los compañeros cual es la creación de la Federación
de Gremios Ferroviarios y la reincorporación de nuestra organización a la
entidad madre de todos los trabajadores argentinos: La Confederación General
del Trabajo; sentimos que sin prisa pero sin pausa vamos concretando nuestros
ideales que en un futuro cercano redundará en beneficio del conjunto de todos
los compañeros por nosotros representados.
Decíamos en un comienzo que APDFA tiene una larga historia
de lucha. Y ese no es patrimonio de un grupo o sector de compañeros. Ni
siquiera es patrimonio de una idea política determinada. Todos los compañeros
han contribuido a engrandecer nuestra organización, estemos o no de acuerdo,
porque han dado lo mejor de sí, sin pedir nada a cambio.
Por ello y frente a los nuevos desafíos que se van a ir
presentando es necesario – más que nunca- recrear ese vínculo de solidaridad y
compañerismo, con una mentalidad y una actitud incluyente, no sectaria, pero si
demostrando en los hechos que no existe un proyecto sindical sin un proyecto
político.
Y ese proyecto político no puede ser otro que aquel que nos
garantice la consecuencia de una práctica y de una idea que nos lleve al
triunfo final. En virtud de nuestras mejores tradiciones debemos afrontar el desafío
de crecer. Y crecer significa avanzar sobre lo que ya hemos consolidado y
aspirar (con bases firmes) a nuevos logros, a nuevas representaciones, a nuevos
convenios colectivos, a avanzar con más afiliaciones de otros compañeros, de
otras empresas.
Cuando señalamos que no se puede avanzar, que no existe
concretamente un proyecto sindical sin un proyecto político, decimos sobre la
realidad –no en abstracto- que tenemos la obligación, como trabajadores, de
plantearle al resto de los actores sociales en qué modelo de sociedad queremos
vivir.
No podemos ser meros espectadores de lo que suceda.
Conocemos nuestro trabajo, para eso nos capacitamos, y entendemos que la
economía debe estar al servicio del pueblo y de un modelo de desarrollo. Somos
peronistas, creemos en el mercado interno y en el círculo virtuoso de la
producción-pleno empleo-mejores salarios-consumo. Creemos que debemos recuperar
el Estado como una herramienta para la liberación y que el modelo corrupto “falaz
y mentiroso” es el salario de la dependencia.
Cuando en la “segunda década infame” se destruyeron las
Empresas del Estado se rompe el círculo defensivo que varias generaciones de
argentinos con genio y trabajo había creado durante muchos años. Era al decir
de los historiadores la época del
nacionalismo defensivo.
Desde que el General Mosconi se quedara sin combustible
siendo el dueño de la canilla la Estándar Oil, rápidamente comprendió que entre
otras cosas, nunca seriamos soberanos si no lográbamos el autoabastecimiento de
combustible. No era marxista, era un patriota lleno de impotencia que
comprendió que el suministro estaba en poder del enemigo.
De la misma forma Raúl Escalabrini Ortíz predicaba en el
desierto con las investigaciones económicas desnudando la raíz de nuestra
dependencia, hasta que el genio patriótico del General Perón nacionalizó los
ferrocarriles y plasmó la soberanía económica. Es ese el principio de una historia
sin par y nuestro ideario irrenunciable.
Recuperar nuestras
empresas como palancas del desarrollo y el crecimiento. La oportunidad está
próxima y no podemos ni debemos dejarla pasar. Recuperar la empresa ferroviaria
y al sistema portuario nacional con un criterio estratégico que recupere el
control sobre los fletes y su repercusión en los costos internos de las
mercaderías, el comercio exterior y el fomento de empleos dignos.
Por último vale recordar que no es casualidad que el día del
Militante y el de la Soberanía estén tan cercanos en el calendario como en
nuestro corazón.
Recordemos con emoción las vibrantes palabras del General
Lucio Mansilla en su célebre proclama de la Batalla de Obligado: “… Vedlos,
camaradas, allí los tenéis… ¡Considerad el tamaño insulto que vienen haciendo a
la soberanía de nuestra Patria, al navegar las aguas de un rio que corre por el
territorio de nuestra República, sin más título que la fuerza con que se creen
poderosos! Peros se engañan esos miserables. Aquí no lo serán! …No es verdad
camaradas? Vamos a probarlo!
Este es el espíritu que inspiró por ejemplo a Felipe Vallese
y a todos los compañeros que ofrendaron su vida por la causa de la liberación
nacional y social. Sólo se es militante de causas nobles y patrióticas y mucho
más si se libran las batallas que contemporáneamente nos corresponden.
Por la Liberación
Nacional y Social!
Por la Justicia Social – La soberanía Política y la Independencia Económica.
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